La boda es un día para disfrutar, y no estar preocupado por detalles menores. Por eso es importante siempre tener a alguna persona de confianza durante la boda que ayude con estas cuestiones, como una organizadora de eventos, para descansar tranquilos sabiendo que todo está hecho con ilusión y a conciencia, y para que los invitados compartan vuestra alegría. Ellos no saben lo que va a pasar, por lo que solo los novios y la organizadora sabremos si algo ha fallado.
Sin embargo, la pregunta que más se hacen los novios es…
¿Y SI...?
¿Y si el día de la boda la novia se levanta con un grano en mitad de la cara? ¿Y si el padrino se pone enfermo y no puede llevar a la novia? ¿Y si se descose el vestido? ¿y si llueve? No os preocupeis, hay soluciones para todo.
Si el coche que va a llevar a la novia es antiguo, o moderno, pero igualmente espectacular, y a dos kilómetros de llegar se estropea, siempre se puede avisar a un familiar que ha salido de casa de la novia al mismo tiempo que ella; en esos casos hay que llamar al novio o a los familiares que se encuentren en el lugar de la ceremonia para avisar que la novia llegará tarde y así modificar el horario de la ceremonia o incluso el banquete.
El día de la boda, cualquier pequeña espinilla se hace inmensa. La solución es acudir a un dermatólogo de urgencia y que recete algo que, aunque no pueda hacerlo desaparecer, haga que baje la inflamación; también se puede usar un secante para los granitos del rostro que previamente habremos comprado en la farmacia y por supuesto, ponte en manos del maquillador que sabrá la mejor manera de disimularlo. Por las fotos, no hay porque preocuparse el photoshop hace milagros y un buen fotógrafo sabrá retocar sin que se note.
Si nos hemos despertado el día de la boda con los ojos hinchados, porque el día anterior te acostaste tarde, los nervios no te dejaron dormir o lloraste por el último regalo de soltera recibido, tranquila. Pon sobre los ojos durante diez minutos unos algodones empapados en manzanilla hervida.
Si el vestido se descose en casa, siempre hay gente de confianza que, aunque no sean modistos, pueden darle unas puntadas para que ni se note. Si ocurre durante la boda, la organizadora se ocupará de estos contratiempos pues llevará un mini costurero para los pequeños descosidos, un poco de tiza blanca para la mancha imprevista en el traje de novia. Otra solución es invitar a la modista amiga de tu madre o tu suegra, pagar un menú extra vale la pena si soluciona el problema. La solución más “chic" no es otra que un maravilloso vestido de cóctel para que la novia acabe la celebración bailando sin constricciones. En este caso, sería cuestión de que se pusiera este vestido un poco antes de lo previsto.
Aunque hay que ser positivos, todos nos podemos poner enfermos o tener algún pequeño accidente, así que se podría pensar en un padrino de repuesto (un hermano, tío, primo o amigo) para que acompañe a la novia en ese momento tan importante si falla el principal.
En el caso de que haya invitados que no puedan acudir a la boda por motivos de movilidad u otras dificultades, siempre se puede celebrar una pequeña fiesta con ellos más adelante. Una excusa perfecta para seguir disfrutando del evento más importante de vuestra vida.
¿Y si llueve? Entonces se consigue un paraguas enorme para la novia (y algunos otros para los invitados), y en vez de ir andando a la iglesia, si es que esa era la intención, se va en coche. Puedes proponerte ser una novia atrevida y utilizar unas botas de agua bonitas. Si el banquete era un cátering al aire libre, o incluso vuestra ceremonia era en el jardín de un bonito restaurante, la solución suelen ponerla en el lugar de celebración, utilizarán una gran carpa u otro salón para no deslucir el día mas importante de vuestras vidas. Si ellos no tienen carpas, siempre podéis alquilarla vosotros. Por si acaso, 2 semanas antes del gran día, consulta el servicio de meteorología, no es 100% seguro, pero os orientará. Las fotos no podréis hacerlas en jardines al aire libre, o sí, versionando la película “singing in the rain”, pero como alternativa siempre podréis usar la sala de recepción del restaurante e improvisar con algunas flores de los centros de mesa o hacer una parada en alguna cafetería con aire retro o una tienda de muebles para simular que habéis llegado a casa. ¡Será divertido!